El Día Internacional del
Trabajador se celebra el 1° de mayo como recordatorio de las
protestas que se dieron en esa fecha en 1886, en Chicago, Estados Unidos. A 134
años de ese estallido social, la pandemia de coronavirus sacudió el mundo del trabajo. Por un lado, forzó el uso masivo del home
office y, por otro, dejó a millones de personas sin sus
puestos laborales en todo el mundo.
¿Pero qué se recuerda el 1 de
mayo? Los reclamos de los trabajadores para establecer
una jornada laboral de 8 horas se pusieron de manifiesto en huelgas y
movilizaciones callejeras que se extendieron hasta el 4 de mayo cuando se
produjo la llamada Revuelta de Haymarket .
Esa movilización dejó como saldo varios muertos,
tanto de la policía como de los manifestantes, y la detención de decenas
trabajadores, entre los cuales cinco fueron ejecutados. De ahí que la fecha sea
un homenaje a Los mártires de Chicago.
Los reclamos apuntaban a las pésimas condiciones
laborales que trajo la Revolución Industrial en Gran Bretaña durante el siglo
XVIII. De hecho, en 1884, en el cuarto congreso de la Federación de
Trabajadores de Estados Unidos y Canadá se convocó a los obreros a reclamar por
una jornada de ocho horas.
El lema, que se repitió también en otros países,
era: "Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la
casa". Por ese entonces, era habitual que los empleados tuvieran que
cumplir con jornadas de 12, 16 y hasta 18 horas diarias.
Una vez lograda la
independencia, el pueblo argentino se vio obligado a redactar su propia
Constitución con el fin de establecer la unión nacional y la organización
institucional. Se trató de un proceso que culminó el 1 de mayo de 1853 cuando
diputados provinciales —con excepción de Buenos Aires— reunidos en la provincia
de Santa Fe dieron sanción definitiva a la Constitución Nacional de la
República Argentina.
Nuestra
Carta Magna tomó como principales fuentes la Constitución de EE. UU. (1788), la
Constitución de Chile (1833), el libro Bases y puntos de partida para la
organización política de la República Argentina de Alberdi,
los pactos preexistentes y el Acuerdo de San Nicolás. Estas fuentes funcionaron
como modelos ideológicos, religiosos y estructurales.
Nuestra
Constitución estableció como forma de gobierno la representativa, republicana y
federal, el poder tripartito —ejecutivo, legislativo y judicial—, el culto
católico como religión oficial y al mismo tiempo la garantía de libertad de
culto.
La
Constitución, junto con los Tratados Internacionales con jerarquía
constitucional, funciona como ley suprema, de manera que las demás leyes,
normas y decretos deben ajustarse a ésta y no contradecirla; caso contrario,
éstos pueden ser declarados inconstitucionales.
El
Derecho Constitucional reconoce varias naturalezas y tipos de Constituciones.
La nuestra, por ejemplo, es de tipo rígido, esto quiere decir que su
modificación, total o parcial, debe realizarse según el procedimiento de
reforma contemplado en el artículo 30 de la CN. Según éste, el Congreso debe
declarar la «necesidad de reforma» y convocar a una Convención integrada por
personas elegidas directamente por el pueblo. La Constitución argentina ha sido
reformada en varias oportunidades, en 1860, 1866, 1898, 1949 y la última en
1994.
Soy Quintana Selene Aylen 1ro 2da muy buena lectura FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR PARA TODOS LOS PROFES
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