El Departamento de Artística y Tecnología invita
a toda la comunidad educativa del Colegio Secundario “Cautivas Correntinas” a realizar
una lectura reflexiva al cumplirse 45 años del golpe cívico-militar.
El 24 de marzo, declarado Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la
Justicia en repudio a los crímenes cometidos durante la última dictadura cívico
militar. Cada año, el acto del 24 de marzo tiene como objetivo el
ejercicio permanente de la memoria y la reflexión, la búsqueda de la verdad y
el pedido de justicia.
¿Qué recordamos el 24 de
marzo?
Cada año, en el acto del 24 de marzo, recordamos que en 1976 las Fuerzas Armadas protagonizaron, en Argentina, un nuevo golpe de Estado. Interrumpieron el mandato constitucional de la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, quien había asumido en 1974 después del fallecimiento de Juan Domingo Perón, con quien en 1973 había compartido la fórmula en calidad de vicepresidenta. El gobierno de facto, constituido como Junta Militar, estaba formado por los comandantes de las tres armas: el general Jorge Rafael Videla (Ejército), el almirante Emilio Eduardo Massera (Marina) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (Aeronáutica).
El mismo miércoles 24, la Junta tomó las siguientes medidas:
· instaló el Estado de
sitio;
· consideró objetivos
militares a todos los lugares de trabajo y producción;
· removió los poderes
ejecutivos y legislativos, nacionales y provinciales;
· cesó en sus funciones
a todas las autoridades federales y provinciales como así también a las
municipales y las Cortes de Justicia nacionales y provinciales;
· declaró en comisión a
todos los jueces;
· suspendió la
actividad de los partidos políticos;
· intervino los
sindicatos y las confederaciones obreras y empresarias;
· prohibió el derecho
de huelga;
· anuló las
convenciones colectivas de trabajo;
· instaló la pena de
muerte para delitos de orden público e impuso una férrea censura de prensa,
entre otras tantas medidas.
Amplios sectores sociales recibieron el golpe militar en
forma pasiva, otros lo apoyaron, otros lo impugnaron y unos pocos lo
resistieron.
El nuevo “orden”
Era una nueva interrupción del marco constitucional que, una
vez más, prometía dejar atrás el «caos» imperante y retornar al siempre
enunciado y anhelado «orden». En esta oportunidad, la búsqueda de «orden»
supuso comenzar a instrumentar un feroz disciplinamiento, en un contexto
caracterizado por la creciente movilización social y política. La sociedad fue
reorganizada en su conjunto, en el plano político, económico, social y
cultural. La dictadura se propuso eliminar cualquier oposición a su proyecto
refundacional, aniquilar toda acción que intentara disputar el poder. El método
fue hacer «desaparecer» las fuentes de los conflictos para sentar las bases del
nuevo modelo «era necesario modificar las estructuras de la economía argentina.
El cambio propuesto era muy profundo; no bastaba con un
simple proceso de ordenamiento, sino que había que transformar normas y marcos
institucionales, administrativos y empresariales; políticas, métodos, hábitos y
hasta la misma mentalidad.
El regreso a la
democracia y las consecuencias
En 1983, durante el retorno democrático, el gobierno de Raúl
Alfonsín lleva adelante los juicios a las Juntas Militares. Los responsables de
los crímenes de la dictadura fueron juzgados y condenados por crímenes de lesa
humanidad. Lo logrado en los juicios tuvo su quiebre cuando el presidente
Alfonsín decretó entre 1986 y 1987, luego de una serie de levantamientos
militares, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que ponían un tope a
los militares juzgados según su responsabilidad en los hechos acontecidos
durante la dictadura y dando final de los juicios por crímenes de lesa
humanidad. Otro quiebre en la lucha por la condena a los militares fueron los
indultos dictados por el presidente Carlos Menem durante 1989 y 1990 que
beneficiaron a los funcionarios militares de la dictadura y a los jefes
guerrilleros que continuaban judicialmente comprometidos. Desde entonces, la
sociedad Argentina, a través de los organismos de derechos humanos, reclama que
el Estado nacional condene a los responsables de los crimines de les humanidad
perpetrados por la dictadura. En 2003 las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida fueron derogadas por el Congreso de la República Argentina y los juicios
se reabrieron, en tanto que la justicia comenzó a declarar inconstitucionales
los indultos por crímenes de lesa humanidad que habían cometido los militares
durante la última dictadura.
¿Cuándo se instauró el
día nacional de la memoria por la verdad y la justicia?
En 2006 se han reabierto 959 causas penales, que siguen en
marcha. En ese mismo año se estableció por la Ley 26.085 el día 24 de marzo
como el Día Nacional de la Memoria y la Justicia y como feriado nacional, con
la firme intención de establecer en el calendario la conmemoración de los
hechos ocurridos durante el terrorismo de Estado en Argentina. El acto del 24
de marzo no solo implica recordar lo ocurrido en esta etapa oscura de la
historia de nuestro país, sino que también nos permite celebrar los avances que
hemos logrado. En estos más de 40 años se ha logrado la concientización sobre
la existencia y el valor del Estado de Derecho y un fuerte rechazo a la
violencia política. El objetico final del Día Nacional de la Memoria es que
nuestra República logre afianzar estos logros para proyectarse de manera
positiva para un futuro brillante en lo político, social y económico.
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